Durante los primeros años del siglo XXI, bajo un período de crisis política, económica y social, se produjeron inéditas modificaciones en la dinámica urbana de la ciudad de Buenos Aires. Las obras elaboradas por entonces presentaron a esta metrópolis como objeto de estudio y de acción desde variadas perspectivas y enfoques; la urbe se estableció como punto de partida y marco de referencia de las prácticas artísticas. Se produjo un arte relocalizado en la ciudad a partir de la acción callejera; donde el transitar y la experiencia urbana aparecieron como una cuestión central en las producciones artísticas y se puso en discusión el espacio público-privado. Estas producciones estéticas problematizaron las modalidades de conexión del arte con la esfera social, en las que predominó un proceso de resignificación del espacio urbano entendiendo a este como un campo de acción y de intervención colectiva.
Ayelén Vázquez analiza una serie de proyectos artísticos desarrollados en Buenos Aires que propusieron modos singulares de rearticulación del arte y la política, donde los recursos del arte contemporáneo sirvieron para vincularse con la ciudadanía de un modo constructivo