En el cuento que le da título a este libro, un gato callejero entra a un estudio y ocupa el lugar que dejó la tortuga. Así nos ocurre con Riichi Yokomitsu, que con estos cinco relatos se cuela, tan desconocido como despreocupado, por entre los grandes sabios para reclamar el espacio que por derecho también le pertenece.
Yokomitsu carece de misericordia, pero sus personajes están plenos de compasión; paranoia y generosidad van de la mano. La primavera llegó en un carro tirado por caballos es un libro conmovedor, casi epifánico, sobre los padecimientos ajenos y propios, muchas veces autoinflingidos. «Había decidido probar esos sufrimientos como la lengua prueba el azúcar, para mirarlos con la luz total de todos sus sentidos».