Matías afronta varios problemas: es adolescente y pobre y está enamorado de Carolina, que no quiere saber nada con él. Tiene, como compensación, un amigo incondicional, Peine, y una madre que lo adora y que sacrifica sus escasísimos ahorros para que viaje en el verano un par de días a Mar del Plata. Matías no le confesó su propósito: aclararle a Carolina la sarta de mentiras con las que inútilmente intentó conquistarla.
En los acontecimientos de ese viaje iniciático, se ponen a prueba sentimientos profundos: el amor entre madre e hijo, la amistad, el afán de seducción, la culpa y la vergu¿enza. Y también el deseo de ser otro, de ser mejor, de gustar y ser querido. Un deseo que enciende la máquina de la fantasía con tanta intensidad como para desdibujar las fronteras entre lo real y lo imaginario.
Certera pintura del mundo adolescente, con sus expectativas, sus miedos, sus urgencias, su angustia y su humor, contada en un registro actual y vertiginoso, con personajes entrañables y difíciles de olvidar.