La imagen fotográfica es ante todo múltiple y cambiante, producto de la mirada de quien fotografía, pero también de una reacción físico-química independiente de su voluntad, que deja una huella aparentemente imparcial del objeto representado como analogía de la perspectiva visual humana.
Para comprender los rasgos específicos de este arte peligroso, profano y mudo que no ofrece más que lo que revela, es necesario comprender los procedimientos técnicos implícitos en el funcionamiento del acto de fotografiar. A partir de este supuesto inicial, Jean-Marie Schaeffer ofrece en este ensayo ineludible, una descripción precisa y minuciosa de la revolución conceptual provocada por la existencia del dispositivo fotográfico. Desde un enfoque semiológico, aborda los modos en que este signo –ícono e índice a la vez– transformó el vínculo de las sociedades con sus representaciones, La imagen precaria es un libro de referencia para repensar el lugar de la fotografía en la vida cotidiana, su utilización en las ciencias y el periodismo como garante de objetividad, y su estatus dentro del campo de las artes.